Y camina Minerva con su fuerza y su intuición, con su empuje y su valentía, con su miedo y su esperanza…por un bosque cubierto por las hojas desprendidas de árboles de ensueño, un paisaje onírico creado para ella… atraviesa este escenario de contornos difuminados con la certeza de que la lucha no será encarnizada, tampoco en vano: que la sangre que se derrame será la que purifique, la que oriente el cambio, la del reconocimiento, la sangre que atora la creatividad, la que eliminará rastros de dolores anteriores, y permitirá dolores nuevos y gozos diferentes, nacer, morir, nacer… No esta sola, una loba negra y fuerte camina delante, detrás y dentro de ella.
Y se detiene Ana, con su fuerza y su intuición, con su empuje y su valentía, con su miedo y su esperanza…dentro de un paisaje onírico creado por ella, observa en silencio…reconstruye los pasos en base a las sensaciones físicas que dejaron sus estados de ánimo… escucha sin juzgar cada milímetro de su cuerpo. Irreconocible a la vista, muy lejos del cuerpo que la sostenía un año antes…pero inequívocamente suyo: con idéntico mapa de registros reconocible a golpe de respiración y movimientos suaves. Sigue siendo ella aunque la tormenta le sacudiera sin tregua…
Hace tiempo que se detiene Ana, cada vez antes…por falta de fuerzas unas veces; y por intuición las demás. Se detiene tanto tiempo que comenzó a avanzar en sueños, sin miedo a reconstruir escenas de su interior para ser vividas por otra; para poder verlas de afuera, para captar matices y descubrir en la bruma de la noche, secuencias de movimientos con los que soñaba desde tiempo. Y capturarlos, y seguir esperando… Y toparse en el vagar de la diosa por sus sueños, con pedazos de historias que convertir en proyectos… Y Asistir a la transformación alquímica de los frutos de los árboles en sus propias ideas… Materializarse de manera clara su necesidad de hacer las cosas desde otro lugar, desde un lugar reconocido.
Ha caminado en sueños ella también,incrédula con los acontecimientos, con un dolor convertido en silencio sordo en el centro de su cuerpo, sintiendo que el descanso y el desprenderse eran la única opción válida esta vez. Y se ha guiado por movimientos que ablandaban el silencio paralizador, movimientos estudiados y orientados al mínimo gasto de energía para la mayor efectividad, movimientos que le hacían sentir bien con ella misma, olvidándose del resto. Y encontrar la respuesta y la coherencia. No siempre la que los demás esperaban o consideraban adecuada. Y no ha estado sola, una loba negra y fuerte camina delante, detrás y dentro de ella.
Y soltar en este otoño interminable, como hacen los árboles para dar paso a brotes nuevos. Aprender que el proceso de la vida-muerte-vida, no tiene que devastar a la persona, que soltar las hojas en el tiempo que toca no es doloroso para los árboles, que un sauce llorón no pierde su personalidad melancólica durante el invierno con sus hojas peladas, que su presencia se la otorgan su tronco y la savia que lo mantiene vital en sus cambios invisibles a los ojos extraños. Qué la naturaleza que habitamos nos está habitando. que resistirse a eso es morir un poco… Que si tus tiempos vitales se han acomodado a los tiempos y estaciones de la naturaleza, has ganado¡. Sólo queda observar y confiar.
En este sueño de meses algunas cosas se han presentado con más claridad que otras, y han vuelto a tomar forma los principales motivos por los que decidí dedicarme en cuerpo y alma, al cuerpo y al alma… Sólo puedo vivir una decisión hasta sus últimas consecuencias, cuando esta decisión y el riesgo que entraña han sido aceptadas con calma, poniendo límites sanos a mi proceso, valorando pros y contras, apoyándome en los amigos, abriendo las compuertas de mi río interior hasta creerme seca, saborear la soledad cuando el miedo y el dolor se han reducido y romperme cuando no he podido más, y perder los nervios y perder el norte…y volverme a quedar en silencio, sin saber qué hacer, sin poder articular cosa alguna, ni dentro ni fuera de mí…Vivir una decisión tomada después de todo este viaje, es la única cosa que puedo hacer…y honrando mi fuerza y mi capacidad de creer me embarco en este proyecto, más lento, pero que reconozco más dulce y me hace más feliz.
Un espacio más pequeño donde reunir grupos pequeños de personas, una clases de yoga y movimiento consciente, de danza butoh en mi visión terapéutica, trabajo corporal desde el contacto entre personas, el estudio y la escucha de las razones del cuerpo para manifestarse de la manera que lo hace… Un espacio cuidado para personas que buscan algo diferente, aún sin saber qué. La posibilidad de tener 3 alumnos en clase y atender a las necesidades físicas y emocionales de cada uno, diseñar las clases para ellos; poner mi escucha y enseñar a poner la suya propia en su respiración y en las partes olvidadas de su cuerpo. Descubrir juntos el camino para volver a uno mismo. Rescatar un lugar y un momento de nuestra rutina para tocar nuestra divinidad dentro de nosotros, para recuperar el contacto con quienes somos, para darnos amor y para darnos mimos. No el yoga como disciplina obligada, sino el yoga como disciplina amada: como un parón de paz y disfrute dentro de la vida.
Esto ha sido siempre para mí el trabajo corporal, sea con yoga, sea con danza, sea con consciencia sensorial, con los masajes, o con la escalada… crear ese vacío lleno de mí y sólo de mí. Ese vacío con la información más importante de mi ser, ese hueco lleno de mis sueños, de mis necesidades, de mis alegrías y de mis penas; ese lapso en el que yo misma cobro sentido y me hago enorme, sin límites definidos…y lo abarco todo… y todo me abarca a mí.
Acompañar a la persona que se mueve, al momento en el que se con-mueve.
Encontrar la relación simple y sana con nuestro cuerpo y sus aconteceres… en un lugar cercano, luminoso y con silencio… Re-edificarnos en base a nuestro Impulso Tierno, que nos pone en contacto directo con nuestras necesidades.
Detectar cuales son nuestras verdaderas necesidades requiere paciencia y escucha…tiempo…¿Tiempo? …. TEMPO, el de cada uno, el que cada uno esté dispuesto a darse.
Aquí:
De todo esta trayectoria he rescatado estos días aquellas clases y opciones que más me han satisfecho durante mi vida. Recuperé las sensaciones y me volví a pegar un baño de ellas, aprovechando la memoria celular y muscular de mi cuerpo. Decidí en base a ellas generar un espacio diferente, asequible y accesible para:
- Clases de yoga en grupos pequeños.
- Clases de yoga individuales.
- Trabajo Corporal Individual o en pequeños grupos.
- Consciencia corporal y sensorial.
- Trabajo de rehabilitación individual basado en la «antigimnasia» y el yoga «terapéutico».
- Danza butô (consciencia Butô).
- Meditaciones.
- Masaje Ayurveda y terapias sensitivas: reiki, aceites esenciales de grado terapéutico, escucha tisular, flores del mediterráneo…)
- Círculos Con-Movedores de Mujeres. «Co(n)razón de Loba»: talleres de desarrollo personal a través de la literatura, el movimiento y el silencio. Un sábado al mes
- Experiencias de entrega íntegra al contacto (manipulaciones, contacto de masaje, consciencia sensorial)
- El camino de Kali. (Grupo de yoga cerrado) Secuancias inspiradas en la asana Kala Bhairavasana : destruir para renacer.
- Talleres de fin de semana y Retiros.
Puesto todo en hilera y sin descripción detallada, me parece un mundo inmenso…pero siento que esto es lo que ha estado gestándose dentro y es aquí y ahora donde poquito a poco se materializa.
Estás invitado/a a participar, preguntar, proponer; en definitiva a crear-destruir-crear... con total libertad y total cuidado.
Se acerca el invierno…época de recogimiento y sostenimiento. Se acerca el invierno…época de gestación y silencio.
Se acerca el invierno, precediendo nuestra primavera¡¡